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martes, febrero 16, 2010

Vine aquí de nuevo porque todavía vivo. Se me hizo fácil (como aquella rola sumergible de josé alfredo) recordarme escribiendo esto mientras veía en un aparador el libro de Monsivás: Apocalipstick. Qué poco creativo. Yo resulta que soy producto de las drogas y la mala vida, no de la margura homosexual de un priísta exiliado. Nunca me han interesado los partidos. Nunca me ha interesado nada que no sea inyectable, lo saben. Y no, no he podido renacer en Cristo. Mi diosa es la jeringa y la cuchara. Como si fuera un gris a lo lejos pienso en ti, claro. Y en historias sado masoquistas. Pero tú sabes que para mí no hay nada, nada más que sentir tu transcurso que no sé describir. Es como si un enorme desprecio me abrazara hacia abajo y una fiebre de odio me impidiera moverme.

sábado, septiembre 15, 2007

No contaba con que la coca del otro día iba a producir un enfriamiento catastrópico en mi fosa y ojo derechos. El dolor es casi insoportable de no ser porque recuerdo un saborcito a medicina que me reanima. De hoy en adelante no inhalaré coca, sólo la quemaré como cualquier buen craquero. Había pensado en mi par de años lúcidos que ser ecologista, pro-jiuman bin y a la vez drogadicto era una contradicción ¿por qué alimentar el mercado que tiene mis calles pintadas de sangres revueltas? ya no sabemos de quién era la masa ensefálica que estaba junto algún balaceado porque nunca encontraron la cabeza, en fin. Me había propuesto dejar las drogas duras, pero ya ven. Regreso a lo que renuncio, camino hecha cenizas. Es como decidir de qué manera llegaré a mi sepultura ¿no es romantico? tú sabes que sí: te amo...

sábado, septiembre 08, 2007


hors crane seul dedans
quelque part quelquefois
comme quelque chose

crane abri dernier


fuera del cráneo solo
dentro en alguna parte
a veces como un algo

cráneo refugio último
agarrado por fuera
como Bocca en el hielo

ojo alarmado ínfimo
se abre tranquilo y se
resella al no haber más

de esa manera a veces
como algo no ne-
cesariemnte vida
Dejé de creer en que, insistiendo, iba a conseguir decir algo. Quemarte nuevamente ha sido como deshacer un nudo que se había formado desde antes. Quemarte tenía que ser así. Junto a ella. Por ella. La mañana en ti es un regreso, una prisa. No es nada más drogarse, tú sabes. Hacer que estallen en mí esas inconsistencias del alma que tanto oculto. ¿qué pensarían las niñas a las que imparto clases? Siempre con esa pregunta me lanzo hacia el inicio de perderlo todo por ti. Todo. No me importa más que prenderte, que no pase un segundo sin cuidar que no suceda el desperdicio. Puedo vivir en ti. En ti puedo rescostarme a esperar sin pensar en el tiempo. ¿en realidad has vuelto? Los dílers siempre hacen lo mismo: en tu primera compra de regreso te venden lo mejor (para "prenderte"). Cuando tú estás no está el miedo, puedo también volver al guisqui.

lunes, abril 23, 2007

No tengo argumento para seguir de pie y regresar a dispararme

lunes, abril 04, 2005

Concluyo después de momentos de meditación que me han resultado infinitos, que la vida ha sido una mierda conmigo.

jueves, marzo 03, 2005

No me queda más que escribirte ¿desde un principio sabías que soy un fracaso? siempre quise la verdad pero esto que soy me sobrepasa. no me gusta nada que vengas a casa y te quedes aquí tantos días, estoy en mi derecho de echarte, supongo, ¿podrías decirme cuál manera prefieres para no sentirme culpable por hacerte sentir mal? no es que no te ame, es que cuando amencemos juntos el olor café me produce náuseas, y aunque ahora la casa vive iluminada ya no te busco. no sé, siempre ha sido así. la llamada cruda no me parece digna de vivir acompañada.y, hace tiempo que no me gusta que existan prensencias mientras me drogo. sé que podría esconderme en el cuarto de baño pero creeme que si llegara ese momento, amor, me sentiría aún más que doblemente patética

lunes, enero 17, 2005

"por primera vez". Una frase que nos sigue hundiendo. Continúa. Lo he pensado pero entre más lo concibo más sé.
Y el conocimiento no es precisamente de corta profundidad, el conocimiento siempre deja la sensación de no saber: un abismo. Y la palabra no nos hunde lo suficiente para eso. Menos las carcajadas "No soporto verte convivir"

sábado, noviembre 13, 2004

¿Pensé o recordé la pregunta? Lo único que quedó vivo antes que olvidara fue la seguridad de que cargaba todo el resentimiento y la ponsoña que en ese momento en blanco necesitaba yo. No es que yo necesitara. Es que sencillamente yo no estaba ahí.
¿Tú sabes en qué momento estoy? La tortura parte de la ambiguedad, la ambiguedad sólo me gusta escrita, porque escrita parece únicamente un jueguito gráfico de múltiples significados cuando en realidad, en vida, las puertas que abre son interminables y lo suficientemente rápidas como para ocasionar en mí cierta clase de vértigo sin nombre. Pero ¿a quién le importa "la pabra"? Sólo nos importa el engaño ¿no es cierto? Lo maleable del engaño: el resultado ante ojos desconocidos, y sí, la droga puede ponerse algunas veces algo pesada, como las mareas de las noches de otros idiomas, sin la ligereza de la palabra pesadilla, ya lo hemos comentado, pero por escrito, los comentarios obtienen "otra" resonancia ¿no es cierto?

domingo, octubre 17, 2004

No se. Te extranho con todo y la bicicocina, y la bahia y esas cosas, quisiera verte esta noche en esta cena, pero no. Hay tambien mucho que ver, mucho que besar, pero no se. Supongo que es porque te amo de la misma manera que el lisiado justifica su lentitud al caminar, o un prisionero no tiene mas remedio que ensuciarse en si mismo.

lunes, octubre 11, 2004

Podría alegar algunas cosas con respectoa al trato que recibí a raíz de mi comportamiento y mis adicciones. Derrpente la llegada del invierno me hace pensar así sobre merecimientos. Si supieras que este departamento por más que me esfuerce sigue siendo gris. La bruma alcoholica y la medicina han aletargado el espacio de manera tal que cualquiera que lo visite puede transportarse en pleno día a la nocturnidad del sopor y el abandono. Mis amigos también son así.
El diacepan me ayuda a controlarme un poco para perder el tiempo pensando en estas cosas. El tafil me ayuda a dormir sin ti, la vida está plagada de estos náufragos que esporádicamente me acompañan, como sí, fulmindados por alguna insolación, buscaran la oscura permanencia de un lugar fresco sin recuerdos.

miércoles, octubre 06, 2004

No es que fueras tú el acto burdo. No es que yo amara esa asfixia. En cada parte de la pequeña habitación yo pretendía descifrar tu penumbra. Me enfrenté a ella con el éxtasis fanático del coleccionista. Me sumergí en la espesura del sarcarsmo para poder odiarte sin que percibieras los destellos del abandono que obtenía de ti. Ese amarillento tapiz fue entregado en cada carcomida ironía, en cada saciado bostezo. No es que me perturbara la mentira. Comencé a disfrutar cada gota de aceitoso desvelo entre nosotros, cada sudorosa e incubada conserva de lo que significaba nombrar tu nombre con ojos semiabiertos para ver en tu cara la desorbitada mentira, y viceversa.

domingo, octubre 03, 2004

Nunca quiciste dejarte puesto el uniforme. LLegábamos a un cuarto después del partido. Después de una botella de tequila y un par de cigarros de mariguana comenzábamos bajando escaleras a tropezones para ir a buscarla. Tal vez tuve que olvidar cómo llegábamos hasta ese cuarto en la frontera de Arizona, donde compartíamos la aguja.
Viendo al techo, sudando bajo esa luz amarilla, masturbándonos uno al lado del otro. No lo he olvidado, sentía que era el amor.

domingo, septiembre 26, 2004

¿Te había olvidado? No, me había ahogado en tí hasta perderte. Eres la muralla. El desierto. La única luz.
Esto de nosotros no debería considerarse un crímen. No. Cuando te hablo desde la dureza de la quijada, cuando me asomo a verte desde el profundo tic y extiendo mis manos busco algo más allá de la química y el resentimiento compartidos. Lo mismo busco cuando enciendo todas las luces de mi departamento vacío creyendo que por arte de magia estás ahí, esperando. Cuando en la cocina no resta ni una sombra, y la puerta del baño quedó abierta y quieta, cuando recorro cada habitación y me abandono de espaldas en la cama para extender el brazo. Para tocar la caja donde la única compañía inmediata, directa y adormecedora espera para no saciarme del todo, para no saciarme nunca. Antes de la aguja y la sed, en el revoloteo emocionante que baja del pecho hasta el estómago, te encuentro. Vas conmigo.

miércoles, mayo 12, 2004

He salido a caminar por la mañana, a las calles grises del centro en esta capital. Esta no es cualquier capital, esto es Santiago. Los edificios no tienen paralelo. He soñado con otros países. Caminaba e imaginé que me presentabas a varios niños. ¿Quién soy? soy el anuncio que llega antes que aparezca tu padre. Cada vez que me veas sabras que él va a llegar. Soy como el hombre de goma que daba maromas por las calles antes de la entrada del circo.
La nicotina no me ha soltado. La uso únicamente cuando voy a caminar, no sé por qué. Es confortable dar los primeros pasos y ver el balcón de casa en el séptimo piso, saber que está vacío e iluminado. Que me dará la noche.
El sonido de la ciudad me regresa al sonido de la mesa junto a mis hermanos. Al cuchareo, al pan.

lunes, mayo 10, 2004

Ahora si, amor, qué pasón...

domingo, mayo 09, 2004

La vida sin duda no es la vida. El recorrido químico va más allá del ojo. He pensado renunciar por completo. La línea que destella como aguja marca la frontera desde donde regreso. Atrás, antes, antes, antes. La imagen que vive bajo de la palabra. Antes, antes qué te construyó antes para venir a bendecir mi sangre. Dama mi dama de cristal, mi dama única.Antes, antes, antes, antes.Antes, antes, antes, antes.Antes, antes, antes, antes.Antes, antes, antes, antes.Antes, antes, antes, antes.Antes, antes, antes, antes.Antes, antes, antes, antes.Antes, antes, antes, antes. Antes del primer beso nada mejor, como la droga.

miércoles, mayo 05, 2004

Me enteré de que al fin de cuentas no la haz dejado del todo. Yo tampoco. Nunca he podido. Cuando vuelvo a ella me invade una algría única que con el avance se vuelve euforia. Estuve trabada de ella la otra noche, hasta que se hizo de día. No recuerdo todo bien a bien. Perdí algunas piedras. Ni siquiera sé cuál de todos los plásticos utilicé. En fin, saber que no la dejas me puso suceptible y sentí la necesidad de abandonarme por no poder verte. Esas noches noches. Esas oscuras. De cualquier forma el sabor a medicina siempre me sienta bien, ya sabes. Recuperándome logro dormir un poco. El desfalque es lo de menos.
Me he obligado a fumar mariguana antes de levantarme para poder andar con apetito. El entuciasmo siempre regresa... así que aquí te espero.

jueves, abril 29, 2004

Me rodeo de la necesidad. Hambre. Cada vez que volteo pienso que alguién tiende hacia mí un silencio insulso. No puedo ni manejar para llegar a ti esta tarde. Por eso llamo a los amigos. Me reuno entre voces de mediocres igual de necesitados. Me mezo en multiplicada reverencia que coarta cualquier intimidad en este cuarto y pienso inevitablemente en ti, te construyo. Cierro los ojos para moldearte con esa otra visión, amor, a la distancia.

domingo, abril 25, 2004

Cuatro días sin drogarme hacen que todo sepa rico, duerma de más y piense en ti tanto como antes. El amor con droga es lo mejor, corazón, te extraño tanto. Espero poder verte en la cocina de base uno de estos días. Volveré a tatuarme, te lo juro, una jota en tu honor. En mi abecedario habrá dos jotas y sólo tú lo sabes. En la nuca. No hay mejor marca que dejar por un tiempo de drogarse. Este es un recado directo para vos. Prepara la charola, llevaré el tatuaje, amor, te necesito.

viernes, abril 16, 2004

Después, amor, de despertar soñando en nuestras discusiones me queda la cursilería de la idea.
Como llorabas era el colmo. LLorabas como un niño acostumbrado a recibir la lástima. (Lalalalá, lalalalá, lalalalá). Me hubiera gustado creerte más allá de tu acento argentino cuando permanecías borracho.
Tu bisexulidad la hubiera considerado una ventaja, una cualidad.
Si sólo no tuvieras tanto miedo. Si sólo no tuvieras dolor. Si sólo estuvieras vacío. Si pudieras verte pataleando por un poco de droga. Pero, todavía, el corazón sigue siendo algo tan común... (Lalalalá, lalalalá, lalalalá)(Lalalalá, lalalalá, lalalalá)(Lalalalá, lalalalá, lalalalá)(Lalalalá, lalalalá, lalalalá)(Lalalalá, lalalalá, lalalalá)(Lalalalá, lalalalá, lalalalá)(Lalalalá, lalalalá, lalalalá)(Lalalalá, lalalalá, lalalalá)(Lalalalá, lalalalá, lalalalá)(Lalalalá, lalalalá, lalalalá)(Lalalalá, lalalalá, lalalalá)(Lalalalá, lalalalá, lalalalá)(Lalalalá, lalalalá, lalalalá)(Lalalalá, lalalalá, lalalalá)(Lalalalá, lalalalá, lalalalá)(Lalalalá, lalalalá, lalalalá)(Lalalalá, lalalalá, lalalalá)(Lalalalá, lalalalá, lalalalá)(Lalalalá, lalalalá, lalalalá)(Lalalalá, lalalalá, lalalalá)(Lalalalá, lalalalá, lalalalá)(Lalalalá, lalalalá, lalalalá)(Lalalalá, lalalalá, lalalalá)
Mi compulsión unicamente surge después de un pase, pero tú eres tan compulsivamente sobrio y estúpido... ah, qué te ha hecho la inteligencia, amor, qué parte te ha amputado?

viernes, marzo 26, 2004

Comencé la escritura. Una especie de cocaína con olor a coco. La insatisfacción es propia de lo nuestro. Los viernes por la noche. La búsqueda de lo que no nos sirve: servirnos. Servirnos de cada persona. Inyectarte en el baño. Me habías pedido que cambiara los subtítulos de vez en vez. Que otros no los escribiera. Este lugar es el cansancio. La re-flexión. Otra vez. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio.Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio.Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio.Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio.Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio.Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio.Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio.Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio.Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio.Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio.Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio.Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio. Renuncio.

viernes, febrero 13, 2004

La mota es este mundo en este invierno...
Se ha marchado de aquí el color invisible de la guerra
Una palabra que no contiene mundo. Esa es la realidad.
Esa es la realidad de un solo mundo
En otro territorio, en el hueco de otra hambre
Ser algo. A eso no hay que enfrentarse. Hay que enfrentarse a un número, a un mundo ciego, a un campo
Esa que soy aquí ya no quiere marcharse
Soy. He estado. Comencé para ti

domingo, enero 25, 2004

Junto al pintor comencé el recorrido por los lupanares, esque quice olvidarte, amor (pero juro que al mismo tiempo te buscaba). La calle era empedrada y cuesta abajo. Perdí la razón. Entre las pastas y el pisto regresamos a su estudio de rodillas. Es bueno abandonarse a otros de vez en cuando. Pero nada a vuelto a ser igual a ese "drogarse con amor".

viernes, enero 23, 2004

Nos confundimos, amor. No es lo mismo odiar que unicamente desear desesperadamente ser querido. El odio hace tiempo que no nace en nosotros, nunca combatimos realmente nuestra mediocridad. Desesperación, no más. Extraño, sin duda, esa colección de jazz. Te amo igual que amé la superficie.

sábado, enero 17, 2004

Cuando me inyecto soy más emocional, se atan algunos cabos que se han estado buscando desde antes. Estoy en mí y crezco emocionalmente. Hace un par de semanas me sucedió eso en un bar de mala muerte (me gusta en extremo la sordidez), después de inyectarme salí del baño queriendo expresar tantas cosas. Me senté frente a ti y mientras te veía percibía, cayéndome, un veinte tras otro. Después tú comensaste a platicar sobre el aspecto y la manera en que cuidas ese fachada, te amo tanto. El comienzo del año fue así. Algunas veces deseo liberarme.

domingo, enero 11, 2004

Cada vez que orino sube hasta mi nariz el humo de la medicina. Me gusta quedarme sentada así, pensando en nuestra casa desde el cuarto de baño. Quiero tener una pared roja en la cocina, definitivamente. Me levanto. En el espejo pienso mejor. Qué bien me siento hoy. Olvidar es algo que procuro ejercitar a diario. Nada más quería comprar una televisor y ya ves. Voy a doblar esa lata para comenzar a fumar de nuevo.

sábado, enero 10, 2004

Entuciasmado le tomaste fotos a mis piernas hasta que se me ocurrió comentarte que la cocaína te hacía mal. Saliste dando un portazo y me dejaste en ese hotel. Me dediqué a pensar en irme y dejar tu equipo fotográfico abandonado, pero me pareció mejor esperar a que la droga se terminara. Antes del último jalón entraste contento con un paquetito de pasta amarilla en la mano. Al extender eso sobre el cristal el color me hizo pensar que lo que habías conseguido era una mierda. Lo corté, lo probé y tuve la certeza de que era una mierda. Sin embargo comencé a inhalar línea tras línea junto contigo hasta el fin del asunto. Al día siguiente me dolía la sangre, estuve enferma toda la semana. Amor, así fue como supe que mi adicción y lo nuestro iban por buen camino.

viernes, enero 09, 2004

Que me acompañaras no fue problema. Sin más, en el primer momento que me dejaste sola hice las llamadas necesarias para llegar a la zona roja. Bebí tequila con cerveza para darme valor. Después de conseguir esa bendita dósis tuve que drogarme dentro del baño de un bar kareoque (como en la adolescencia). Regresé al cuarto del hotel dos días después sé que va a costarme mucho tiempo convecerte de que en verdad te quiero. Pero es así, teniendo aquella oportunidad suburbana nunca me hubiera perdonado haber ido contigo al cine.

domingo, diciembre 21, 2003

Volví al bar rojo donde muchas veces jugué billar contigo. Es bueno caminar en la frontera. Las luces de los anuncios en la calle gris, ciertos amigos de las drogas de antaño. En el bar el personal saluda como se saluda a una hermana de sangre. Somos sangre. Piensan ellos que me he escondido por meses, lo cierto es que la jeringa me ha paseado por fondos inhabitables. Se van acercando poco a poco, con desconfianza. Después de tres cervezas saben que estoy bien. Amor, estoy riéndome y ganando al cubilete como en los viejos tiempos.

viernes, diciembre 19, 2003

Nada mejor que beber todo el año rodeados de ese ambiente cálido y luminoso que proporciona un árbol adornado.
Después de un joint me gusta pasear por la noche para ver las luces que adornan algunas casas. Ese estilo energético como símbolo de la paz y la abundancia me da tranquilidad. Ay, mi hermoso país tercermundista. Me gusta la palabra tercermundista. Me recuerda a los poetas del holocausto y al sidral: tres mundos más abajo el rojo alcanza el rojo. No entiendo por qué la humanidad le tiene miedo al fondo. Aman la superficie. Nunca comprenderé el temor que algunos tienen de caminar entre las sombras. Los matices para el entendimiento deberían ser importantes. Como el descanso que produce la droga, como el túnel: vamos abajo, amor.

jueves, diciembre 18, 2003

Además ¿Por qué teníamos que esconder la mariguana cuando nos visitaba tu mamá? Oquéi, esconderla por media hora, vaya y pase. Pero fumar mota a escondidas en mi propia casa nada más porque a mámi se le ocurría quedarse de visita por más de un mes. ¿Y tener que inyectarme en el baño de abajo? soportar su cara de ¿Qué?! cuando me tumbaba a leer lejos de la cocina (no me dejaba acercarme a la cocina, decía que era por mi bien!). Cuánta infamia, amor. Bueno, en paz descanse.

miércoles, diciembre 17, 2003

A fin de cuentas estoy acostumbrada a drogarme y subsistir (de la manera más placentera posible, es decir, sin fuerza). El amor (aunque se queda) pasa, si no(¿sería amor?) estaría en este momento en los zapatos de Roni y Doni . Sí, ya sé que alguién dijo que la deformidad es necesaria para el arte, pero creeme que quien lo dijo jamás imaginó que los seres humanos llegaríamos a tanto. Gracias a ti asumí esta vida sana, natural y luminosa de la contemplación. La contemplación es la renuncia ¿dónde lo leí? Perdón, cariño, no me refiero a ninguna religión oriental. Ay, qué romantica estoy hoy. Tal vez por el cielo plomo y este frío que nos sirve de transporte a otras ciudades, a otros yo. Cielos, parece que estoy llorando, pero no. En fin: renuncio.

lunes, diciembre 15, 2003

Porque no quedan amarras otras desde mi voluntad...

domingo, diciembre 14, 2003

Porque no tengo otras amarras desde mi voluntad

viernes, diciembre 12, 2003

Aunque el amor no sé si lo conocí. Ya visto desde afuera creo que no era amor. El amor siempre me ha consternado porque creo que se maneja de manera errónea. Los intereses circulan alrededor de la hora de llegar, el desayuno juntos, la exclusividad en las fiestas, el éxtasis sexual. Practicamente el puro cautiverio en augurio de la reproducción (puaj!).
Un shot de heroína se siente como trecientos orgasmos a la vez, en ese sentido mi vida es satisfactoria, aunque ella no es con quien puedo conversar.

Ojos que te vieron ir, ¿cuándo te verán volver?

jueves, diciembre 11, 2003

Ojalá no muera pronto ¿o sí? Las líneas de la mano tienen que ver con alguna verdad interior, supongo. Todavía no entiendo bien. Pero qué ganas de vivir. Deberíamos dar gracias por uno de los descansos más concretos. ¿Tú cómo estás? Los franceses han sembrado en estos territorios el horror a la muerte cuando en realidad nuestra civilización siempre ha sabido que la muerte es como el horizonte, se tiene que merecer. Bueno, comper, voy a buscar mi dósis (que sin ella no vivo).

martes, diciembre 09, 2003

Después de ti, corazón y durante todo este tiempo malgastado pero divertido, aunado a las reflexiones propias de la época, los libros pesimistas que he leído y mi inútil intento por dejar la heroína, ha aparecido una pregunta desde no se dónde ¿Por qué, a pesar de que me enamoro como adolescente, me desenamoro de manera tajante y muy sencilla? es contrastante cómo después de la mística experiencia me levanto y me voy, así, nada más. No entiendo a qué se debe esa facilidad que tengo para abandonar todo. Extraño mis lámparas de bronce, por ejemplo, que decidí no cargar al dejar mi última casa. Algo que no puedo ni quiero dejar (aparte del guisqui, los viajes y las drogas) es a mi perro. ¿Alguna vez te comenté que es mi alma gemela? Estamos aprendiendo Italiano, auque al pobre no le gusta la mota aprende con facilidad. Tú le pusiste el nombre: calcetón. No se si sea bueno o malo, pero eres la única persona de la que me costó cierto trabajo separarme (cielos, si no me hubiera enamorado otra vez).

domingo, diciembre 07, 2003

El cielo por azar podía encontrarse en una piedra de cocaína tornasolada que al cortarse se incha. Eso sólo lo he vivido aquí. El polvo parece una cremosa línea de espuma.

viernes, diciembre 05, 2003

(Isoldinha babeaba desparramada en la distancia: ilvio, je dre, nnnta, chateotraaa, nnnguee!)
En estos senderos químicos. De iluminación suculenta (lo siento, tengo que comparar con los manjares gracias a mi anterior vida de puerco) conocí personas realmente para llenar zoológicos. Muchos de ellos artístas. Yo nada más intentaba echar fuera toda esa potencia oscura y reventada que me recorría en cuerpo y alma ¿me crees? Nada de compartir estancias en bosques, o lecturas. Pero una noche, en busca de pulque llegué a una fiesta en Tlaxcala. Un papá escritor celebraba el cumpleaños número ocho de su escritorcito (gracias a la presión familiar la pobre criatura ya había escrito su primer libro de cuentos, Jesús!). Total que la familia comentaba que también querían educarle el oído al niño, así que habían invitado a un grupo "alternativo".
(Pensé en los hijos que pudimos tener. Ya habíamos decidio hacerlos crecer en un ambiente nudista ¿recuerdas? Nunca permitiríamos la escuela. Crecerían como crecen los campos de la yerba que fumamos a diario)
Total que un par de mamones pelos largos, provenientes de Veracruz, hicieron su arribo con un teclado, un amplificador y una guitarra eléctrica. Primero cenaron. Pozole acompañado con cervecita. Después dedicaron su composición al chamaco: rrrrrang, rrrrrrang (el de la guitarra). Títu-títu-títu (a dos dedos el del teclado). Tuvimos que preguntar si estaban afinando o se trataba de la alternativa. Que se trataba de la alternativa.
(no cabe duda que al inocente lo educan a putazos, comprendí)
Nunca volvería al blues fronterizo al paso que llevaba. Por eso esa misma noche (después del pastel) salí de la mano de un pintor a quemar un poquillo de base y mariguana, necesitaba un momento romántico, me sentía huérfana. Yo sé que me comprendes.

jueves, diciembre 04, 2003

Nada como el licor. En mi ciudad venden uno que está fermentado en una raíz con severo índice de mezcalina ¿te acuerdas cuando te llevé ahí?. Nada como beber tres onzas a las once de la mañana para que comience a abrirse desde el pecho el panorama. La percepción es única. Los colores de las bolas de billar. La arrinconada miseria en las alcantarillas. Esos tacos de hígado entre los prostíbulos de La Paz. Esas menores de edad de a cinco pesos. Sino fuera por eso iría uno a morir sanito. Hay que gastar el cuerpo desde adentro, junto con la vida, decía mi papi. De cualquier forma los momentos felices de la infancia serían un disco rayado si hubiera encontrado a otro como tú: perfecto (dentro de su naturaleza troglodita). ¿Qué me falta? conocer el amor platónico y darnos juntos un shot. No hay como disfrutar cada centímetro de la colorida vida sedante, la vida ida.

martes, diciembre 02, 2003

Pero vuelo a los boleros indiscriminados y altruistas. Esos que me hacían recordarte. Ni siquiera sé por qué, si a ti lo que te gusta es el jazz. Esa parte buena de mí fuiste. Por eso me encarrilé hasta Tepoztlán buscando otra vez no sé qué. Nunca sé qué. Eso fue mi vida luego de tanto amor. Después descubriría la pasión mística con un equis que me hizo la vida de cuadros durante un tiempo. Y que me contagió la peor de las adicciones: la comida (puaj). Me revolqué en ese chiquero pero no conseguí olvidarte. ¿Y dónde quedó lo místico? ah pues en mí. Sino fuera porque durante esos tres años de vida de puerco en cautiverio yo me iba a otro mundo mientras me utilizaban como recipiente sexual, todo hubiera sido pérdida (y exceso de nutrientes). No leí ni gota ¿podrás creer eso, amor? Sólo fumaba mota antes de coger. Para cocaína nunca tuve (todo se iba en restaurantes), menos para hacerme el tatuaje que quería. La música a mi alrededor era peor que José José. Puro chapopote inglés. Necesitaba un shot de algo, y rápido. Entonces el animal en que me había convertido también te buscó, de infidelidad en infidelidad (valga la redundancia), amor.

domingo, noviembre 30, 2003

A fin de cuentas y aunque Checo fuera el perfecto animal de hornato, el basuco nunca llenó mis espectativas y sí perjudicó la velocidad en la que acostumbraba yo manejar mis pensamientos. El basuco me sumió en una etapa reflexiva que concluyó en pesimismo pendejo. A un segundo de babear decidí, como iluminada por algún ángel justiciero, aventar esa lata chamuscada, ir a lavar la ropa que traía puesta, bañarme y comenzar a fumar mariguana otra vez.
La marihuana representa la fildelidad que a mi espíritu le falta, caray.

miércoles, noviembre 26, 2003

La última vez que vi a Checo estuvimos "basuqueando" como diría Fernando Vallejo en su deshuesadero. Basuquear deja la boca caliente. Nuna me imaginé que me encontraría a Checo tan cambiado. Desaliñado. Sin chamarra y con el bajo cero que enfrentábamos. Sin dinero, pero con un auto y una lata para quemar basuco y un pomito de mezcal que nos salvó la noche. Lo noté (a Checo) un poco interesado en justificarse psicológicamente en todo. En todo lo que su pequeño mundo representaba, claro. Obviamente no pudimos hablar otros amigos y yo. Todos tuvimos que escuchar su todo. A Checo, me parece, le ha sentado mal el basuco.

martes, noviembre 25, 2003

Lo cierto es que mi amor se convirtió en un perseguidor celoso. Buceaba en este mar de cantinas que es la frontera con afán detectivesco. Yo le pedía a Dios que me abriera la puerta al llegar. En fin. Así es como mi corazón se dió a la tarea de mudarse de apartamento. Orbuá o como se diga. Recogí mi colección de pomos. La pipa de acero, unos cuantos libros y renté un departamentito polvoriento cerca de un colegio de bachilleres. No hacía más que oír boleros todas la madrugadas al llegar a rumiar mis soledades. La separación sin embargo me heredó divertidas opciones, como viajar. Conocí lo alucinógeno de la mota en el cerro tepozteco. Nunca quice los hongos, porque no andaba yo como para misticadas. De ahí viajé en pleno zapatur al Estado de México. Junto con esa ginebra de pico descubrí un bosque cerca de los volcanes ¿? (no sé cómo pero les juro que ahí estaba). No había nada más que mariguana. Qué alivio. Así fue como te me borraste, corazón. Descubrí también que las pesadillas no eran resultado de mi paranoia, sino de tus celos estúpidos. Por las noches, en Nepantla, algunos zapatistas me enseñaron a competir en el tiro al blanco. Confeccionamos líneas inmensas que me hacían recordarte. Tejimos diálogos incomprensibles y solidarios. Hablabamos casi en clave y yo me empeñaba (como me empeño tantas veces) en buscar una cantina en medio de la nada y los secuestros. Te busqué siempre, amor.

lunes, noviembre 24, 2003

No se si fue porque quemamos mucha coca esa noche. Pero lo cierto es que mientras dormía dejé mi cuerpo tirado en la cama y bajé las escaleras de la casa. Fui hasta el jardín y encendí la manguera, al ver el chorro de agua hice una cruz con él en la banqueta. El fraccionamiento estaba oscuramente quieto, el ambiente era grisáceo. Entonces me percaté que se trataba de un sueño bastante real para mi susto. Corrí hacia adentro de la casa y me volví a la cama.
Las cosas ya no fueron las mismas, fumaba mariguana con cierta desconfianza temiendo por las horas de sueño. Bebía muchísimo guisqui y la casa comenzó a parecerme un tanto frustrante. Necesitaba visitar los bares después de un pase. Beber hasta vomitar para seguir bebiendo. Tomar un trago por cantina y sobre todo conocer lo que algunos amigos con tanto amor llaman "el shot".

domingo, noviembre 23, 2003

Todo era mejor. Mi amor tiene una colección de discos de jazz (puro vinilo). Una navidad le compré el tocadiscos que nos faltaba. Entonces ya no paramos de bailar. El guisqui lo guardábamos en el congelador. Ir al mandado era salir a comprar la mota en ladrillos, para no tener que buscar cada semana al diler. Los sábados, después de leer el unomásuno comenzábamos a tomarnos fotos. Su rostro y su cuerpo son fantásticos, únicos. Con nadie me he drogado tan inteligentemente. No he disfrutado tanto un rostro como disfruté ese. Las pesadillas comenzaron a atacarme de improviso. Despertaba con la cara rasguñada. Eso me orilló al insomnio y a los tés de lechuga con leche. Claro, la contraparte tenía que existir. Y dentro de la armonía en que me encontraba debía la oscuridad germinar en extremos.

sábado, noviembre 22, 2003

El tiempo entre nosotros lo dijo todo. El amor nunca murió (el amor nunca muere... ay Dios!). Los matinés de los sábados después de desayunar y darnos un gallo fueron insustituibles. Vimos tantas películas antes de ir al super. Sin embargo entre toda esa armonía una vez nuestra adicción a la coca nos hizo enfermar. Cuando la compramos me di cuenta que tenía un color amarillo y pensé "esto es una mierda". La probé y me sercioré de que aquello era una mierda. Sinembargo arremetimos contra ella hasta el último suspiro. Dos días nos duró el dolor de sangre después de eso. Pero el amor nunca murió, me cai.

miércoles, noviembre 19, 2003

El amor llegó a mi puerta un cumpleaños, junto con una galleta de mariguana. Nunca había comido algo igual, pero desde ese día, junto a él, comencé a recordar los buenos momentos de la infancia. Entonces supe que uno es capaz de dar amor de acuerdo a lo que las personas cercanas de nuestra niñez sembraron en nosotros. Inmediatamente comenzamos a vivir juntos. El departamento era un mar de guisqui, nochebuenas, cocaína y mariguana. Cada tarde era una fiesta de dos. Era bueno sentarnos frente al televisor mudo después de un joint e inventar los diálogos de la pantalla. Cuando mi amor salía a trabajar entonces yo podía pasarme el tiempo recordando. Recordando lo bueno.

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