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domingo, diciembre 21, 2003

Volví al bar rojo donde muchas veces jugué billar contigo. Es bueno caminar en la frontera. Las luces de los anuncios en la calle gris, ciertos amigos de las drogas de antaño. En el bar el personal saluda como se saluda a una hermana de sangre. Somos sangre. Piensan ellos que me he escondido por meses, lo cierto es que la jeringa me ha paseado por fondos inhabitables. Se van acercando poco a poco, con desconfianza. Después de tres cervezas saben que estoy bien. Amor, estoy riéndome y ganando al cubilete como en los viejos tiempos.

viernes, diciembre 19, 2003

Nada mejor que beber todo el año rodeados de ese ambiente cálido y luminoso que proporciona un árbol adornado.
Después de un joint me gusta pasear por la noche para ver las luces que adornan algunas casas. Ese estilo energético como símbolo de la paz y la abundancia me da tranquilidad. Ay, mi hermoso país tercermundista. Me gusta la palabra tercermundista. Me recuerda a los poetas del holocausto y al sidral: tres mundos más abajo el rojo alcanza el rojo. No entiendo por qué la humanidad le tiene miedo al fondo. Aman la superficie. Nunca comprenderé el temor que algunos tienen de caminar entre las sombras. Los matices para el entendimiento deberían ser importantes. Como el descanso que produce la droga, como el túnel: vamos abajo, amor.

jueves, diciembre 18, 2003

Además ¿Por qué teníamos que esconder la mariguana cuando nos visitaba tu mamá? Oquéi, esconderla por media hora, vaya y pase. Pero fumar mota a escondidas en mi propia casa nada más porque a mámi se le ocurría quedarse de visita por más de un mes. ¿Y tener que inyectarme en el baño de abajo? soportar su cara de ¿Qué?! cuando me tumbaba a leer lejos de la cocina (no me dejaba acercarme a la cocina, decía que era por mi bien!). Cuánta infamia, amor. Bueno, en paz descanse.

miércoles, diciembre 17, 2003

A fin de cuentas estoy acostumbrada a drogarme y subsistir (de la manera más placentera posible, es decir, sin fuerza). El amor (aunque se queda) pasa, si no(¿sería amor?) estaría en este momento en los zapatos de Roni y Doni . Sí, ya sé que alguién dijo que la deformidad es necesaria para el arte, pero creeme que quien lo dijo jamás imaginó que los seres humanos llegaríamos a tanto. Gracias a ti asumí esta vida sana, natural y luminosa de la contemplación. La contemplación es la renuncia ¿dónde lo leí? Perdón, cariño, no me refiero a ninguna religión oriental. Ay, qué romantica estoy hoy. Tal vez por el cielo plomo y este frío que nos sirve de transporte a otras ciudades, a otros yo. Cielos, parece que estoy llorando, pero no. En fin: renuncio.

lunes, diciembre 15, 2003

Porque no quedan amarras otras desde mi voluntad...

domingo, diciembre 14, 2003

Porque no tengo otras amarras desde mi voluntad

viernes, diciembre 12, 2003

Aunque el amor no sé si lo conocí. Ya visto desde afuera creo que no era amor. El amor siempre me ha consternado porque creo que se maneja de manera errónea. Los intereses circulan alrededor de la hora de llegar, el desayuno juntos, la exclusividad en las fiestas, el éxtasis sexual. Practicamente el puro cautiverio en augurio de la reproducción (puaj!).
Un shot de heroína se siente como trecientos orgasmos a la vez, en ese sentido mi vida es satisfactoria, aunque ella no es con quien puedo conversar.

Ojos que te vieron ir, ¿cuándo te verán volver?

jueves, diciembre 11, 2003

Ojalá no muera pronto ¿o sí? Las líneas de la mano tienen que ver con alguna verdad interior, supongo. Todavía no entiendo bien. Pero qué ganas de vivir. Deberíamos dar gracias por uno de los descansos más concretos. ¿Tú cómo estás? Los franceses han sembrado en estos territorios el horror a la muerte cuando en realidad nuestra civilización siempre ha sabido que la muerte es como el horizonte, se tiene que merecer. Bueno, comper, voy a buscar mi dósis (que sin ella no vivo).

martes, diciembre 09, 2003

Después de ti, corazón y durante todo este tiempo malgastado pero divertido, aunado a las reflexiones propias de la época, los libros pesimistas que he leído y mi inútil intento por dejar la heroína, ha aparecido una pregunta desde no se dónde ¿Por qué, a pesar de que me enamoro como adolescente, me desenamoro de manera tajante y muy sencilla? es contrastante cómo después de la mística experiencia me levanto y me voy, así, nada más. No entiendo a qué se debe esa facilidad que tengo para abandonar todo. Extraño mis lámparas de bronce, por ejemplo, que decidí no cargar al dejar mi última casa. Algo que no puedo ni quiero dejar (aparte del guisqui, los viajes y las drogas) es a mi perro. ¿Alguna vez te comenté que es mi alma gemela? Estamos aprendiendo Italiano, auque al pobre no le gusta la mota aprende con facilidad. Tú le pusiste el nombre: calcetón. No se si sea bueno o malo, pero eres la única persona de la que me costó cierto trabajo separarme (cielos, si no me hubiera enamorado otra vez).

domingo, diciembre 07, 2003

El cielo por azar podía encontrarse en una piedra de cocaína tornasolada que al cortarse se incha. Eso sólo lo he vivido aquí. El polvo parece una cremosa línea de espuma.

viernes, diciembre 05, 2003

(Isoldinha babeaba desparramada en la distancia: ilvio, je dre, nnnta, chateotraaa, nnnguee!)
En estos senderos químicos. De iluminación suculenta (lo siento, tengo que comparar con los manjares gracias a mi anterior vida de puerco) conocí personas realmente para llenar zoológicos. Muchos de ellos artístas. Yo nada más intentaba echar fuera toda esa potencia oscura y reventada que me recorría en cuerpo y alma ¿me crees? Nada de compartir estancias en bosques, o lecturas. Pero una noche, en busca de pulque llegué a una fiesta en Tlaxcala. Un papá escritor celebraba el cumpleaños número ocho de su escritorcito (gracias a la presión familiar la pobre criatura ya había escrito su primer libro de cuentos, Jesús!). Total que la familia comentaba que también querían educarle el oído al niño, así que habían invitado a un grupo "alternativo".
(Pensé en los hijos que pudimos tener. Ya habíamos decidio hacerlos crecer en un ambiente nudista ¿recuerdas? Nunca permitiríamos la escuela. Crecerían como crecen los campos de la yerba que fumamos a diario)
Total que un par de mamones pelos largos, provenientes de Veracruz, hicieron su arribo con un teclado, un amplificador y una guitarra eléctrica. Primero cenaron. Pozole acompañado con cervecita. Después dedicaron su composición al chamaco: rrrrrang, rrrrrrang (el de la guitarra). Títu-títu-títu (a dos dedos el del teclado). Tuvimos que preguntar si estaban afinando o se trataba de la alternativa. Que se trataba de la alternativa.
(no cabe duda que al inocente lo educan a putazos, comprendí)
Nunca volvería al blues fronterizo al paso que llevaba. Por eso esa misma noche (después del pastel) salí de la mano de un pintor a quemar un poquillo de base y mariguana, necesitaba un momento romántico, me sentía huérfana. Yo sé que me comprendes.

jueves, diciembre 04, 2003

Nada como el licor. En mi ciudad venden uno que está fermentado en una raíz con severo índice de mezcalina ¿te acuerdas cuando te llevé ahí?. Nada como beber tres onzas a las once de la mañana para que comience a abrirse desde el pecho el panorama. La percepción es única. Los colores de las bolas de billar. La arrinconada miseria en las alcantarillas. Esos tacos de hígado entre los prostíbulos de La Paz. Esas menores de edad de a cinco pesos. Sino fuera por eso iría uno a morir sanito. Hay que gastar el cuerpo desde adentro, junto con la vida, decía mi papi. De cualquier forma los momentos felices de la infancia serían un disco rayado si hubiera encontrado a otro como tú: perfecto (dentro de su naturaleza troglodita). ¿Qué me falta? conocer el amor platónico y darnos juntos un shot. No hay como disfrutar cada centímetro de la colorida vida sedante, la vida ida.

martes, diciembre 02, 2003

Pero vuelo a los boleros indiscriminados y altruistas. Esos que me hacían recordarte. Ni siquiera sé por qué, si a ti lo que te gusta es el jazz. Esa parte buena de mí fuiste. Por eso me encarrilé hasta Tepoztlán buscando otra vez no sé qué. Nunca sé qué. Eso fue mi vida luego de tanto amor. Después descubriría la pasión mística con un equis que me hizo la vida de cuadros durante un tiempo. Y que me contagió la peor de las adicciones: la comida (puaj). Me revolqué en ese chiquero pero no conseguí olvidarte. ¿Y dónde quedó lo místico? ah pues en mí. Sino fuera porque durante esos tres años de vida de puerco en cautiverio yo me iba a otro mundo mientras me utilizaban como recipiente sexual, todo hubiera sido pérdida (y exceso de nutrientes). No leí ni gota ¿podrás creer eso, amor? Sólo fumaba mota antes de coger. Para cocaína nunca tuve (todo se iba en restaurantes), menos para hacerme el tatuaje que quería. La música a mi alrededor era peor que José José. Puro chapopote inglés. Necesitaba un shot de algo, y rápido. Entonces el animal en que me había convertido también te buscó, de infidelidad en infidelidad (valga la redundancia), amor.

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